Giovanni di Pietro di Bernadone nació en Asís, Umbria (que
hoy es parte de Italia) cerca del año 1181. Fue hijo de una familia pudiente.
Durante su juventud no fue particularmente devoto, pero en 1202 se unió a la
milicia y fue tomado como prisionero de guerra. Ya había tomado el nombre
"Franchesco", o "Francisco". Durante ese año, el joven pasó
mucho tiempo en contemplación, intentando descubrir el propósito de Dios para
su vida.
Francisco se convenció de que Dios quería que él ayudara a
los pobres. Así comenzó a regalar sus posesiones, lo que enfureció a su padre.
Terminó devolviéndole a su padre todo, incluyendo su ropa. El obispo, al ver su
convicción, lo acogió en su manto.
Francisco se dedicó a reconstruir iglesias luego de escuchar
al crucifijo de la capilla de San
Damián decirle: "Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo
en ruinas."
Más adelante escuchó las palabras de Jesucristo:"No
lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a
conocidos..." por tanto reconstruyo iglesias por la vida austera y la
prédica del Evangelio, que pronto lo dio a conocer a pesar de las burlas por su
aspecto harapiento.
Con el tiempo, el Papa le dio permiso para fundar una orden
religiosa, que luego se convirtió en dos, cuando se le unió Clara de Asís para
formar una orden de mujeres.
Francisco murió en 1226. Dos años más tarde, el Papa
Gregorio IX lo canonizó.
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