viernes, 19 de octubre de 2012

Abundancia: pide con Fe y se te dará



La fe es el elemento químico primordial de la mente. Cuando la fe se mezcla con el pensamiento, el subconsciente capta la vibración, la traduce en su equivalente espiritual, y la transmite a la Inteligencia Universal, como en el caso de la plegaria.

Las emociones de la fe, el amor y el sexo son las más poderosas entre las principales emociones positivas. Cuando se mezclan las tres, tienen el efecto de «colorear» el pensamiento de tal manera que éste al¬canza al momento el subconsciente, y allí se trans¬forma en su equivalente espiritual, la forma singular que induce una respuesta de la Inteligencia Infinita.

CÓMO ACRECENTAR LA FE

La fe es un estado mental que se puede inducir, o crear, con la afirmación o con las repetidas instrucciones al subconsciente, a través del principio de autosugestión.

La fe es un estado mental que puedes incre¬mentar a voluntad, La repetición de afirmaciones de órdenes al subconsciente es el único método conocido del crecimien¬to voluntario de la emoción de la fe.

Es el equivalente de decir que cualquier impulso de pensamiento que sea repetidamente encauzado hacia el subconsciente resulta aceptado e influye en el subconsciente, que procede a traducir ese impulso en su equivalente físico por el procedimiento más práctico que halle disponible.

Las emociones, o la porción «sentimental.» de los pensamientos, son los factores que dan vitalidad y acción a éstos. Mezcladas con cualquier impulso de pensamiento, las emociones de la fe, el amor y el sexo le añaden más energía de la que tendría por sí sola.

No sólo los impulsos de pensamiento que se hayan mezclado con la fe, sino los que se mezclan con cualquiera de las emociones positivas, o de las negativas, pueden alcanzar el subconsciente, e influir en él.

Hay millones de personas que se creen «conde¬nadas» a la pobreza y al fracaso, por culpa de alguna fuerza extraña que creen no poder controlar, sin saber que ellos son los creadores de su propio «infortunio», a causa de esta creencia negativa, que su subconsciente adop¬ta y traduce en su equivalente físico.

Tú puedes beneficiarte, transmitiendo a tu subconsciente cualquier deseo que quieras traducir en su equivalente físico o monetario, en un estado de esperanza o convicción de que la transmutación ten¬drá lugar. Tu convicción, o tu fe, es el elemento que determina la acción del subconsciente.

Para llevar a cabo este «engaño» de manera más realista, cuando te dirijas a tu subconsciente, compórtate tal como lo harías si ya estuvieras en posesión del objeto material que está pidiendo.

Es esencial estimular tus emociones positivas como fuerzas dominantes de la mente,  quita importancia y elimina emociones negativas.

Una mente dominada por emociones positivas se convierte en una morada favorable para el estado mental conocido como fe y puede, voluntariamente, darle al subconsciente instrucciones que éste aceptará y ejecutará de inmediato.

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