sábado, 30 de marzo de 2013

La mala suerte



El problema de creer en la suerte, es que cuando lo hacemos, depositamos todo el poder y la capacidad de logro fuera de nosotros, poniéndonos en una situación de impotencia:

"Si me va mal, es porque tengo mala suerte y yo no puedo hacer nada al respecto".

Las personas que tienen este enfoque pesimista y autoderrotista, no se esfuerzan por mejorar y sólo se fijan en los aspectos negativos de cualquier situación y en los errores que cometen, con lo que confirmar su creencia sobre la mala suerte.

La mala suerte está relacionada con algunos hábitos que nos llevan a actuar de manera equivocada y, por lo tanto, a obtener resultados negativos:
1.            Esperar que las cosas sucedan, en lugar de hacer que sucedan.
2.            Ser pesimistas.
3.            Culpar a los demás de nuestros errores.

Con esta actitud:
            No aprendemos de nuestros errores, por lo que los volvemos a cometer.
            Le damos a los demás el control total de lo que sucede, sintiéndonos impotentes, inseguros y dejando de actuar.
4.            Fabricar excusas.
En lugar de enfocarnos en las soluciones, perdemos el tiempo buscando excusas que justifique nuestro comportamiento y nos den "permiso" de seguir sin hacer nada al respecto.
5.            Actuar impulsivamente sin analizar las consecuencias.
6.            Ser exageradamente autocrítico.
Esta actitud evita que actuemos por temor a equivocarnos.
7.            Ser muy tensos o preocupones.
Las personas que se angustian o tensan con facilidad tienden a ser muy poco observadoras y cuando lo son, sólo se fijan en los aspectos que pueden ser problemáticos.
La buena o la mala suerte dependen de ti. ¿Tú, cuál escoges?

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