viernes, 31 de mayo de 2013

Sueños reveladores




Los sueños nocturnos explican, en algunas ocasiones, la realidad de una manera sorprendente. ¿Son espejos tramposos o un reflejo fiel de nuestro estado psicológico? ¿Es necesario buscar un significado para estos sueños? ¿Cómo interpretarlos? Aquí te presentamos un panorama de relaciones entre sueños y realidad.

Quizás soñamos con un estilo de vida que jamás antes habíamos considerado conscientemente. ¿Los sueños influencian nuestra forma de considerar los acontecimientos? ¿O son simplemente un portavoz de nuestro inconsciente?

Sueños sorprendentes

Sueñas con un viaje a un país maravilloso donde sucumbes al encanto de lo inesperado cuando, en realidad, te encantan las vacaciones en la rutina familiar. Aunque mantengas una buena relación con las personas de tu entorno y te sientas respetado por tus compañeros de trabajo, te sientes algo conmocionado por las imágenes que te acechan por las noches: combates esta sensación con todo aquello que parece armonioso. En el caso más extremo, sueñas con una relación amorosa con aquella persona que, en la vida real, te repugna. Al tomar conciencia de una sensación que prefieres ignorar, esta metamorfosis nocturna de la realidad revela tus angustias o tus contradicciones. En los sueños se expresan, disfrazadas, emociones reprimidas.

La realización de un deseo

El sueño no es un ejercicio de videncia sobre los acontecimientos o las personas: se conforma con expresar los sentimientos que el soñador “se esconde” a sí mismo. En el libro La interpretación de los sueños, Freud precisa que el sueño no es una premonición del futuro, sino que siempre debe entenderse como la realización de un deseo: la dificultad, quizás, está en identificar el deseo en cuestión. Si retomamos el ejemplo de las vacaciones, el deseo consciente es el de descansar en un lugar familiar, donde no pueda ocurrir nada extraordinario. Ahora bien, según el sueño, admites que tu aspiración profunda es otra. El viaje que sugiere tu inconsciente un tu gusto por la aventura. Al demostrar que tu visión rutinaria de la vida enmascara una voluntad diferente, tu sueño te recuerda la complejidad de tus deseos.

Una abertura en el inconsciente

El sueño también marca la fosa que existe entre el pensamiento consciente y la inhibición del inconsciente: lo que tú consideras “bueno para ti” según un conjunto de leyes morales que rigen tu vida se expresa mediante el pensamiento consciente. Aquello que, según tú, “te pone en peligro” porque transforma tu forma de vida o tus relaciones sociales se empuja hacia el inconsciente. La única posibilidad de expresión del inconsciente es mediante los sueños, los actos perdidos o incluso mediante síntomas somáticos. Si las relaciones, que en la realidad parecen satisfactorias, aparecen como hostiles en el sueño, significa que los sentimientos del soñador hacia las personas en cuestión son más ambiguos de lo que cree, o de lo que siente. Como en el ejemplo de antes, el inconsciente se manifiesta al individuo de una forma encriptada: ¡depende de él interpretar el mensaje!

El sueño revelador

Sin embargo, no es tan simple descifrar los sueños como crees: cada elemento del sueño debe estar disociado del resto para tomar un sentido autónomo. En psicoanálisis, los sueños son herramientas preciadas porque su tonalidad ofrece a la realidad un nuevo punto de vista. Permiten comprender ciertas incoherencias de la vida real y permiten ponerle un remedio. No obstante, esto no significa que, al despertar, debas modificar precipitadamente las relaciones con los demás o cambiar radicalmente de modo de vida. ¡No debes convertir una voz de alarma en una guía! El sueño, al proponerte otra visión de la realidad, la que está escondida en el inconsciente, te permite ejercer una vigilancia y reflexión sobre ella.

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