En los bosques y en los huertos, encontramos plantas, frutos
o hierbas que alimentan tanto el cuerpo como el espíritu.
Como antaño, la naturaleza continúa ofreciendo sus
ingredientes mágicos, esos que avivan la pasión y la imaginación de los
hombres.
Conoce uno a uno los ingredientes naturales que puedes
agregar a tus recetas de cocina.
Las hierbas, muchas de ellas alucinógenas, se utilizan desde
hace mucho tiempo en todo el mundo. Incluso en algunos países son especies
protegidas, ya que sus poderes son bien conocidos, y se han usado tanto para
bien como para mal.
Antiguamente, las "hechiceras", preparaban sus
filtros de amor, así como también sus venenos, añadiendo hierbas, o setas a un
vino, cociéndolas a fuego lento, y dejándolas en maceración.
Muchas plantas se han hecho populares en la historia por sus
propiedades afrodisíacas, o por hacer más agradable la relación sexual como: el
anís, el puerro, la nuez moscada, el clavo de olor, el perejil, la valeriana,
el muérdago.
Otras son populares por sus historias o leyendas, y porque
han sido muy utilizadas durante la historia, incluso en nuestros días.
La belladona, del italiano "bell donna" (bella
mujer), es una flor que siempre ha estado rodeada por el misterio.
Crece silvestre a los costados de los caminos, y siempre
atrapa la atención por su belleza y sus colores violáceos y amarillos.
Una leyenda cuenta que un hechicero usó una pócima de
belladona para curar a una mujer enferma. La mujer durmió profundamente por
varios días, hasta que despertó, curada, pero muy molesta por haber sido
despojada de su sueño hipnótico, y es que ella aseguró haber estado en lugares
mágicos y maravillosos, llenos de placeres y lujuria.
Cuando se dio a conocer esta experiencia se prohibió que la
flor fuera utilizada en brebajes, ya que sus efectos eran como actos del demonio.
La realidad es que en los frutos y las semillas de la
belladona se encuentra una droga, la atropina, que era utilizada por las
mujeres en las cortes italianas: un par de gotas en los ojos dilataban las
pupilas y las hacía lucir mucho más atractivas, además de estimular su
sexualidad.
Las historias del Rey Salomón y la Reina de Saba ya
mencionaban a la canela y sus propiedades afrodisíacas. Su origen es incierto,
pero era utilizada en las Indias Occidentales y en China 3000 años antes de
Cristo.
Era considerada uno de los mejores afrodisíacos, capaz de
aumentar la libido y el deseo sexual.
El mirto era en la antigua Grecia, un símbolo de juventud,
belleza y amor feliz, y se lo relacionaba con Afrodita, la diosa de la belleza.
Sus bayas eran utilizadas para producir un filtro amoroso muy popular en la
antigüedad.
Las mujeres también lo utilizaban como agua aromática para
resaltar su belleza y se decía que su efecto era como si la misma Afrodita, con
su caricia, hubiera dotado a su piel de una suavidad extrema.
El ajenjo o hierba santa, es una planta que los antiguos
griegos consagraron a la diosa Artemisa, Diana para los romanos, la diosa de la
fecundidad.
Su fuerte sabor amargo lo hace poco apto para su consumo
abundante, pero aún así hacia finales del siglo XIX se hizo muy popular una
bebida alcohólica de color verde, hecha a base de ajenjo, conocida como
"Absintio" o "Green Fairy" (hada verde).
Después de haber sido prohibida la bebida a base de ajenjo,
en Europa y Estados Unidos por casi 100 años, hoy ha dejado la clandestinidad,
y se ha convertido en bebida de moda entre los jóvenes, que la beben como en un
antiguo ritual, de un solo trago, preparada en una copa especial, ansiando
seguramente un encuentro con esa pequeña "Green Fairy".
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