martes, 10 de septiembre de 2013

7 CLAVES PARA UNA BUENA MEDITACIÓN




Puedes hacer varias cosas que van a apoyar significativamente tu habilidad para meditar. Tal vez parezcan sutiles al principio, pero recuerda que la meditación misma es cultivar las partes superiores y más sutiles de nuestro ser. La experiencia lo enseña: estas seis claves juntas pueden cambiar mucho las cosas. ¡Pruébalas y averígualo tú mismo!

Clave 1: Encuentra un lugar especial
Es importante preparar un lugar especial que sólo emplearás para meditar. Si dispones de una habitación ¡estupendo!, pero será suficiente con que reserves una esquina en tu dormitorio, por ejemplo. Este será el espacio sagrado para tu descubrimiento interno, por eso conviene prepararlo de manera que te inspire lo máximo posible.

-Cubre una mesita baja o un estante con una tela limpia, blanca o de algún color claro que te guste.
-Pon una vela y una flor fresca si es posible.
-Quizás también te guste quemar algo de  incienso.
Todas estas cosas sirven para crear una atmósfera meditativa.

Clave 2: Prepárate Físicamente
Tu viaje espiritual tiene lugar en y a través de tu cuerpo físico. He aquí cómo puedes prepararlo para la meditación:
-Báñate antes de la práctica. Si no puedes hacerlo, lávate al menos la cara y las manos.
-Ponte ropa limpia, ligera y cómoda; preferiblemente de un color claro.
-Quítate los zapatos para meditar. ¡Los pies también necesitan un descanso!

Clave 3: Siéntate relajado, siéntate derecho
No es necesario sentarse en una postura yóguica específica para meditar. Si puedes sentarte cómodo en un cojín en el suelo, eso es lo mejor. Si no, utiliza una silla o una banca de meditación. Lo importante es permanecer quieto y relajado, mantener la espalda recta, y tener una flor o una vela a la altura de los ojos.

Algunas personas preguntan si es correcto meditar acostado; no se recomienda, ¡a menos qué te interese más dormir que meditar!

Clave 4: Sin prisa pero sin pausa se alcanza el objetivo
Al principio es suficiente con cinco o diez minutos de meditación al día. Tal vez te sientas tentado a hacer más, pero es mejor ir despacio y sin pausa. La meditación es como un músculo interno que estás fortaleciendo a paso lento pero seguro. Si lo haces trabajar en exceso, el músculo se resiente; si meditas más de diez minutos y sientes tensión o dolor en la cabeza, sabrás que has ido más allá de tu capacidad.
A medida que tu práctica vaya madurando, podrás dedicar más tiempo, y tu meditación se volverá más intensa.

Clave 5: Elige el Momento Adecuado
Concierta una cita contigo mismo para practicar cada día a la misma hora.  Al igual que alimentas tu cuerpo físico varias veces al día a determinadas horas, considera la meditación como el alimento de tu vida interna y dedica cada día un tiempo especial para tus ejercicios. El mejor momento es por la mañana temprano, antes de entrar en las actividades diarias. Así la paz que obtienes de la meditación matinal impregnará el resto de tu día.

Si sientes que no puedes prescindir de diez minutos al comienzo de la mañana para practicar, levántate entonces diez minutos antes y medita. El incremento de energía y bienestar que derivas de la meditación, compensará con creces esos minutos de sueño “perdidos”.
A muchas personas les gusta meditar otros diez minutos al volver del trabajo, para ayudar a limpiarse del estrés del día. Tal vez también quieras meditar justo antes de acostarte. Esto te va a ayudar a dormir más profundamente.
Puedes adaptar estas recomendaciones a tu estilo de vida, o adaptar tu estilo de vida a estas recomendaciones; en cualquier caso, lo más importante es que practiques con regularidad cada día y a la misma hora.

Clave 6: Practica antes de comer
Se recomienda que la hora de meditación no sea justo después de una comida principal. Tu ser interno estará intentando volar alto, como un pájaro, pero tu cuerpo será un lastre excesivo. Después de una comida grande, espera una  o dos horas antes de meditar.
Preferiblemente deberías practicar antes de comer. Por otra parte, la meditación no será muy efectiva si tienes hambre.  Si se acerca tu hora de meditar y tienes hambre, bebe algo de jugo o de leche, o come una fruta; lo justo para aplacar por un rato la sensación.

Clave 7: El Poder de la Música
Pon  música de meditación a volumen suave mientras practicas los ejercicios; el mero hecho de escucharla y absorber la conciencia pacífica y armonizadora de esta música, te ayudará a sentir la profunda quietud interior de la meditación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario