Puedes hacer varias cosas que van a apoyar
significativamente tu habilidad para meditar. Tal vez parezcan sutiles al
principio, pero recuerda que la meditación misma es cultivar las partes
superiores y más sutiles de nuestro ser. La experiencia lo enseña: estas seis
claves juntas pueden cambiar mucho las cosas. ¡Pruébalas y averígualo tú mismo!
Clave 1: Encuentra un lugar especial
Es importante preparar un lugar especial que sólo emplearás
para meditar. Si dispones de una habitación ¡estupendo!, pero será suficiente
con que reserves una esquina en tu dormitorio, por ejemplo. Este será el
espacio sagrado para tu descubrimiento interno, por eso conviene prepararlo de
manera que te inspire lo máximo posible.
-Cubre
una mesita baja o un estante con una tela limpia, blanca o de algún color claro
que te guste.
-Pon
una vela y una flor fresca si es posible.
-Quizás
también te guste quemar algo de
incienso.
Todas estas cosas sirven para crear una atmósfera
meditativa.
Clave 2: Prepárate Físicamente
Tu viaje espiritual tiene lugar en y a través de tu cuerpo
físico. He aquí cómo puedes prepararlo para la meditación:
-Báñate
antes de la práctica. Si no puedes hacerlo, lávate al menos la cara y las
manos.
-Ponte
ropa limpia, ligera y cómoda; preferiblemente de un color claro.
-Quítate
los zapatos para meditar. ¡Los pies también necesitan un descanso!
Clave 3: Siéntate relajado, siéntate derecho
No es necesario sentarse en una postura yóguica específica
para meditar. Si puedes sentarte cómodo en un cojín en el suelo, eso es lo
mejor. Si no, utiliza una silla o una banca de meditación. Lo importante es
permanecer quieto y relajado, mantener la espalda recta, y tener una flor o una
vela a la altura de los ojos.
Algunas personas preguntan si es correcto meditar acostado;
no se recomienda, ¡a menos qué te interese más dormir que meditar!
Clave 4: Sin prisa pero sin pausa se alcanza el objetivo
Al principio es suficiente con cinco o diez minutos de
meditación al día. Tal vez te sientas tentado a hacer más, pero es mejor ir despacio
y sin pausa. La meditación es como un músculo interno que estás fortaleciendo a
paso lento pero seguro. Si lo haces trabajar en exceso, el músculo se resiente;
si meditas más de diez minutos y sientes tensión o dolor en la cabeza, sabrás
que has ido más allá de tu capacidad.
A medida que tu práctica vaya madurando, podrás dedicar más
tiempo, y tu meditación se volverá más intensa.
Clave 5: Elige el Momento Adecuado
Concierta una cita contigo mismo para practicar cada día a
la misma hora. Al igual que
alimentas tu cuerpo físico varias veces al día a determinadas horas, considera
la meditación como el alimento de tu vida interna y dedica cada día un tiempo
especial para tus ejercicios. El mejor momento es por la mañana temprano, antes
de entrar en las actividades diarias. Así la paz que obtienes de la meditación
matinal impregnará el resto de tu día.
Si sientes que no puedes prescindir de diez minutos al
comienzo de la mañana para practicar, levántate entonces diez minutos antes y
medita. El incremento de energía y bienestar que derivas de la meditación,
compensará con creces esos minutos de sueño “perdidos”.
A muchas personas les gusta meditar otros diez minutos al volver
del trabajo, para ayudar a limpiarse del estrés del día. Tal vez también
quieras meditar justo antes de acostarte. Esto te va a ayudar a dormir más
profundamente.
Puedes adaptar estas recomendaciones a tu estilo de vida, o
adaptar tu estilo de vida a estas recomendaciones; en cualquier caso, lo más
importante es que practiques con regularidad cada día y a la misma hora.
Clave 6: Practica antes de comer
Se recomienda que la hora de meditación no sea justo después
de una comida principal. Tu ser interno estará intentando volar alto, como un
pájaro, pero tu cuerpo será un lastre excesivo. Después de una comida grande,
espera una o dos horas antes de
meditar.
Preferiblemente deberías practicar antes de comer. Por otra
parte, la meditación no será muy efectiva si tienes hambre. Si se acerca tu hora de meditar y
tienes hambre, bebe algo de jugo o de leche, o come una fruta; lo justo para
aplacar por un rato la sensación.
Clave 7: El Poder de la Música
Pon música de
meditación a volumen suave mientras practicas los ejercicios; el mero hecho de
escucharla y absorber la conciencia pacífica y armonizadora de esta música, te
ayudará a sentir la profunda quietud interior de la meditación.
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