Seguimos con el tema de amuletos y talismanes, para que
puedas elegir el que mejor se adapte a tus necesidades.
Protección contra influencias maléficas
Sal marina: la sal no refinada es un elemento indispensable
en toda práctica supersticiosa. Sirve por igual para atraer la suerte como para
apartar los maleficios. Se dice que colocar bajo la cama, a la altura del
corazón, un plato de porcelana blanca lleno de sal no refinada favorece una
empresa sentimental; si se trata de un asunto material hay que ponerlo a la
altura de los pies. Además de propiciar numerosos beneficios, protege contra
las influencias maléficas que pueden asaltar al durmiente. Después de tener la
sal bajo tu cama, quémala y luego tira el producto resultante por el inodoro.
Herradura de caballo: probablemente es el talismán más
popular para atraer la suerte y conjurar el mal. Se dice que para que sea
eficaz hay que colgarlo con las puntas hacia arriba, pues solo así se convierte
en un acumulador de fuerzas astrales. Si se pone hacia abajo, como algunos
recomiendan, la suerte queda bloqueada.
Pulseras de oro o piedras semipreciosas: los soldados
romanos solían llevar en la mano izquierda un aro de oro antes de salir a la
batalla para evitar todo tipo de accidentes.
Contra el mal de ojo y la envidia
Abanicos: no solo sirven para quitar el calor o aventar
moscas, en China y en Japón moverlos servían para alejar los malos espíritus.
Ojo de Horus: este amuleto procedente de la civilización
egipcia representa al Sol, de quien se dice que es el “Ojo del día”, y ha sido
utilizado en toda la cuenca mediterránea desde tiempos remotos contra el mal de
ojo que pueden provocar los envidiosos. Antiguamente no había niño recién
nacido que no tuviera uno de estos objetos sobre su cuna, pues se creía que la
inocencia de los bebés atraía la envidia.
Ágatas: colocar una de estas piedras semipreciosas a la
entrada de tu casa protegerá tu hogar de las envidias, de los robos y de los
accidentes.
Ajos: una ristra de ajos colgada en la cocina ha sido uno de
los amuletos más socorridos y tradicionales como remedio contra el mal de ojo y
los malos espíritus.
Campanitas: el tañido de las campanas de las iglesias ha
hecho creer que estas tienen el poder de atemorizar y alejar a los espíritus
malignos. Por eso se las coloca en pulseras o a las puertas de las casas.
Felicidad en el amor
Corazones: realizados en todo tipo de materiales y colgados
al cuello, enteros o partidos en mitades, son los talismanes elegidos por los
enamorados, pues testimonian el afecto que se profesan. Se cree que al
regalárselos a la persona querida ahuyentan la sombra de la infidelidad.
Nudos: en forma de anillos o de colgantes, son muy valorados
por los amantes, ya que representan la unión de dos cosas.
Atraer prosperidad
Cuerno de la abundancia: son curvos y de ellos salen frutas
y flores. Los pequeños suelen estar tallados en madera, en metales preciosos o
en marfil. Se cree que incluso los cuernos simples son capaces de aportar a sus
dueños riqueza y abundancia.
Elefante: símbolo del poder, de la sabiduría, de la paz y de
la felicidad. En la India se asegura que su presencia en una casa hace
desaparecer todos los obstáculos del camino.
Mariquitas: una antigua creencia sostenía que estos
animalitos traían suerte económica a quienes los encontraban en su jardín o en
la puerta.
Peces: dorados, plateados, de cristal, colgados de pulseras,
en forma de pendientes, tallados en madreperla… Son un antiguo símbolo de
riqueza y fertilidad.
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